domingo, 21 de março de 2010

La Idea de la Muerte


Por Ives Berger

La idea de que nos vamos a morir algún día, no es algo que nos atormente todos los dias, sólo quizás, atormente a los ancianos proximos a ella.

La mayoría está precupado con el mañana, con el miedo de perder cosas, dejan de tomar desciciones, que tal vez los hagan felices, plenos; Porque simplemente no quieren el mañana lleno de incertidumbre. Apuestan por la estabilidad.... al precio, tal vez, de la propia felicidad.

Un amigo que hoy es director de teatro, me dijo un día, mientras tomabamos café en la biblioteca nacional de Praga (que más que una biblioteca, parece una galería de arte), ese día los dos habíamos dejado los libros de estudios por un instante, para dedicarnos a lo que más nos gustaba, conversar!

Me dijo, con el tono histriónico, muy típico de él, de su profesión:
-La idea de la muerte no es del todo mala!

Te explico, agregó: Cuando piensas en la muerte como algo inminente, el peso de la vida, simplemente desaparece, te ves desnudo ante la vida, lo unico que en realidad te queda es tu corazón.
Hizo una pausa, como para que asimilé sus palabras, y continuó:

Cuando te encuentras así desnudo, sin el peso de la verguenza, del miedo de perder cosas, estás desnudo que vas a perder? resaltó; Es cuando en realidad comienzas a escuchar a tu corazón, cosa que la mayoria de personas no hace, porque el ruido del consumismo, de las obligaciones y de lo de hacer "lo correcto", sencillamente no nos deja oir a la voz más importante en nuestras vidas: la del corazón!

La taza de café, estaba vacía y mi mente llena.

Perdí el contacto hace ya muchos años con este amigo, pero sus palabras, siempre están presentes.

Cuando pierdo el foco de mis actos, de mis prioridades y me dejo seducir por lo vanal, cierro los ojos y sigo a mi corazón.

Gracias a esto:

Amo a los mios incondicionalmente, sin reproches ni signos de interrogación.

Canto a todo pulmón, aunque mi voz sea parecida a la de un gallo y una tortura para los que me escuchan, incluyendo a los gallos.

Bailo hasta que el sol nazca y si aún tengo fuerzas, doy una ultima bailadita.

Y sobre todo vivo, vivo cayendome, levantandome, sonriendo, llorando pero siempre, siempre

escuchando a mi corazón y a nada más.

Un fuerte abrazo desde Brasil

Ives Berger

Um comentário:

  1. Titi querido, como siempre no dejo de leerte aunque no siempre te dejo comentarios. Me encanta como escribes y ya te lo dije antes, comparto tu modo de ver la vida y de pensar, ojala nunca cambies... Un abrazo bien fuerte.
    G.

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