
Por Ives Berger
Una vez un ex-preso, que había pasado 14 años de su vida en una pequeña celda, me contó que él nunca se sintió preso.
No escondí mi sorpresa y le pregunté:
¿Cómo así?
Él me respondió con la paciencia de aquellos que ya tocaron el fondo y ahora sólo se mantienen en la superficie.
Con voz firme, sin dejar de ser tierna, me dijo:
Los sentimientos son un estado de la mente, no del cuerpo.
Los sentimientos son un estado de la mente, no del cuerpo.
Un fuerte abrazo desde Brasil
Ives Berger