La Noche

Grandes poetas han escrito sobre los enigmas mágicos y románticos de la noche, la han adornado con millones de estrellas, con una luna que te habla de tus sueños, tus fantasías…

Y los hay de aquellos, que también escriben de la noche, pero no como sueños, sino como pesadillas, que te arrastran en sus tinieblas, en esa oscuridad maléfica, donde no ves nada bueno; Simplemente sientes, sientes el peso de la vida, de tus problemas, tus inquietudes.

Cómo la tierra, giras y giras en tu cama, buscando la paz, la tranquilidad, o simplemente una respuesta...

De estas noches, ya las he vivido más de una, he luchado contra esta oscuridad, pero es en vano, porque por más que encienda la luz, la noche continua perpetua, oscura, silenciosa.

Me di cuenta después de tantas batallas que de nada sirve en ese momento contradecir a la noche, como cuando estamos en el mar, de nada sirve desesperarse y luchar contra la marea. Tenemos que flotar y dejarnos llevar por ella con calma…

Porque al final de la marea, al final de la noche, cuando las olas no te golpeen más, cuando a lo lejos escuches la respiración de la ciudad despertándose. Verás que al igual que la tierra, de tanto girar; Encontrarás el sol, la luz.

Y con esa luz encontrarás las respuestas, tus respuestas.

Después de tantas batallas aprendí a aprender de estas noches.

Aprendí a descifrar sus códigos.

Porque estas noches no vinieron para maltratarnos sino para enseñarnos.

Porque Dios no nos maltrata, nos enseña.

Un fuerte abrazo desde Brasil

Ives Berger